Pablo Remaggi, chef pastelero juninense.
Pablo Remaggi, chef pastelero juninense.
RECONOCIDO PASTELERO, INFLUENCER Y PROFESOR

Pablo Remaggi: “Desde la primera clase que di supe que esto era lo mío”

Dirige su propia academia de pastelería online, tiene más de 200 mil seguidores en Instagram, y realiza colaboraciones para programas de televisión y medios digitales. Previo a la publicación de su primer libro, dialogó con Democracia sobre su carrera y cotidianidad.

Profesional multifacético y talentoso. Emprendedor y apasionado de la gastronomía. Pablo Remaggi tiene 38 años y más de 2 décadas de trayectoria en las cocinas. Es un chef pastelero de carrera que adquirió experiencia en Puerto Madero y en 2010 abrió su propia escuela de cocina en Junín. Hoy, devenido influencer, trabaja también en televisión y ultima detalles de la publicación de su primer libro. 

Cumple sueños y no deja de crecer como profesional. En diálogo con Democracia, realizó un recorrido por sus primeros pasos, el trabajo en las redes sociales, sus proyectos y los detalles de su vida cotidiana.

De carrera

Pablo es un gastronómico de carrera. Comenzó su largo camino a los 16 años, cuando empezó a estudiar cocina mientras terminaba el secundario, y su elección obedecía a la búsqueda de una fuente de ingresos y medio de vida.  

“Mi papá falleció cuando yo era chico, éramos muchos hermanos y buscaba una salida laboral inmediata”, explicó y, en paralelo, mientras estudiaba su primer trabajo fue en una conocida hamburguesería juninense. 

Su trayectoria laboral es vasta y diversa. Cambió de trabajo muchas veces, pero jamás se alejó de la gastronomía. En el horizonte estaba su ambición personal, ingresar a las mejores cocinas e, incluso, tener su propio emprendimiento. En Junín, trabajó en diversos restaurantes y recuerda particularmente su experiencia en Tempi en 2001. “Era el restaurante gourmet de Junín, yo soñaba con trabajar ahí”, señaló, pero explicó que, a pesar de que disfrutaba de su puesto, “quería más”.

Fue así como se fue a Buenos Aires, con un currículum en su mano y muchas ganas de aprender. Fue llamado de un restaurante en Las Cañitas y, al poco tiempo, en búsqueda de una mejor paga, ingresó a una rotisería de barrio, “una de las experiencias más lindas” de su carrera. Fue allí donde tuvo su primer contacto con los postres y, también, la primera discusión en una cocina. “La dueña me recomendó que no fuera al choque con mis compañeros porque eran ex presidiarios”, recordó, entre risas. Y dos semanas más tarde estaba trabajando en Puerto Madero. 

Viajó, aprendió y recolectó experiencias. Su carrera profesional avanzó vertiginosamente a pasos agigantados, y las oportunidades laborales no faltaron. “Me gustó la locura que tiene la gastronomía”, señaló el pastelero, que afirmó que “es un espacio de trabajo en el que hay que tener carácter y saber llevar los ritmos”. Su pasión lo trajo de nuevo a Junín y encontró una faceta desconocida, la docencia.

Su academia

“Desde la primera clase que dí supe que esto era lo mío”, destacó el pastelero, que inició en 2008 en una escuela local. Para Pablo, “la enseñanza fue un camino de ida” y, desde entonces, se ha dedicado a recorrerlo. En el 2010 nació su única hija, Lupe y, en el fondo, no perdía de vista su objetivo de emprender. “Mi novia me propuso montar mi propia escuela de cocina y lo hicimos”, afirmó, y así nació su marca personal.

Desde entonces, en Rivadavia 973, no han cerrado las puertas. “Con una mesa, un anafe y un horno chico empezamos a dar clases de cocina”, recordó Remaggi, que en su primer curso tuvo 54 inscriptos y, con el tiempo, le dio espacio a un cambio radical en su carrera profesional, el pasaje a la pastelería. “Ahí descubrí mi espacio, sabía que ya había cumplido un ciclo en la cocina salada”, destacó, y, tras formarse, empezó a dar talleres y delegar los cursos de cocina a otros colegas.

Por su parte, el comienzo de la pandemia no sólo dejó atrás a muchos de sus más de 200 alumnos, sino que también obligó a un cambio de formato para seguir adelante con el trabajo. De ese modo, inauguraron los ciclos virtuales, que llegaron para quedarse. Hoy, además de su curso de pastelería profesional online, también dan workshops especializados en alfajores, tartas modernas, huevos de pascua e, incluso, pastelería navideña. Sus alumnos ya no son únicamente de la región y, tal como señaló Pablo “la virtualidad permitió la expansión”, puesto que enseña a personas de toda la Argentina e, incluso, de otros países, como España y Estados Unidos.

Además, en cuanto a la metodología utilizada, destacó que se trata de “clases en vivo que quedan grabadas” y que cuentan con la posibilidad de realizar consultas directas. Trabaja con Gisela Barchetta, su compañera y madre de su hija, y el principal objetivo es que haya un momento agradable en la cocina. 

“Nos divertimos mucho, hay mucha calidez, buenas energías, trabajo y profesionalismo”, afirmó.

Entre sus alumnos, el emprendedurismo pisa fuerte. “La pastelería es muy artesanal, con un espacio en tu casa podés empezar a cocinar para vender”, explicó Remaggi, que brinda las herramientas para que eso sea posible. 

Su escuela cuenta hoy con el respaldo de la Asociación de Cocina Regional Argentina y de  World Association of Chefs Societies, y es el resultado de un extenso camino de lucha y superación. 

“Yo no tenía recursos, pero no me quería quedar en un sólo lugar, quería tener mi emprendimiento”, afirmó Pablo.

En los medios

En la gastronomía también se permitió explorar nuevos horizontes, y, de ese modo, llegó a los sectores más exclusivos. “La primera clase que dí en Buenos Aires fue en un congreso de cocina en Moreno y la hice sobre macarrones”, recordó Remaggi, que considera que así empezó su camino que derivó en colaboraciones en televisión y medios gráficos y más de 200 mil seguidores en su cuenta de Instagram.

Conoció colegas y estrellas de la cocina, fue recomendado y dio clases en la Gran Ciudad. Sin embargo, su primera aparición en televisión, en 2017, fue por iniciativa propia. “Le mandé un mensaje privado a Guillermo Calabrese, de Cocineros Argentinos, para mostrarle un macarrón gigante que había hecho. Me pidió que fuera a hacerlo en vivo”, explicó.

Desde entonces, no ha dejado de visitar el reconocido programa de la Televisión Pública, con decenas de participaciones en vivo, e, incluso, ha formado parte de otros ciclos, como Cucinare y Como Todo.

Además, sus recetas son también leídas en los portales de noticias nacionales. “Con diario Clarín tengo un convenio, hago recetas para que publiquen en sus notas”, señaló.

Además suele figurar en otros medios que replican lo que hace en televisión. 

“Es un camino re lindo”, destacó Pablo, que considera primordial poder difundir su actividad y dar a conocer su academia. Asimismo, a pesar de su estrecho contacto con Buenos Aires, elige vivir en Junín junto a su familia. “Acá están mis bases y mi gente, es la ciudad que adoro”, expresó, y periódicamente viaja para atender a propuestas laborales. 

Influencer

Su participación en los medios tradicionales abonó a su popularidad en redes sociales. Hoy cuenta con 203 mil seguidores en Instagram, una comunidad que, a diario, lee sus recetas, participa en sus consignas y le da “me gusta” a sus fotos. 

Tiene una estética y forma de comunicar personal y reconoce que “encontrar la identidad propia tal vez sea lo más complejo”. Combina sabores, texturas e ingredientes, pero también imágenes, música y descripciones; Pablo no deja nada librado al azar y hace que todo esté en diálogo continuo. Además, a pesar de que cuenta con un equipo de soporte para realizar los contenidos, señaló que él mismo administra sus redes, puesto que “son un compromiso” y está interesado en que reflejen con fidelidad quién es.

“Subo lo que quiero, como quiero y para que transmita lo que quiero”, afirmó, y observó que, de ese modo, interpela a su comunidad. Por su parte, como influencer le da mucha importancia a sus seguidores, lee los comentarios y mensajes, y atiende a sus pedidos y sugerencias. 

“No me importa tener miles de seguidores, lo que me importa es que sean de calidad, que sean fieles”, afirmó.

Asimismo, su trabajo en la red también involucra a marcas nacionales e internacionales, con las que tiene compromisos asumidos. 

Proyectos personales

Entre los proyectos pendientes, señaló que tiene en su horizonte un emprendimiento de alfajorería y pastelería, pero adelantó que “aún no va a ver la luz” porque hoy prioriza el lanzamiento de su primer libro en conjunto con VR Editoras.

“Es algo que quería hacer hace rato, me emociona mucho este proyecto”, destacó, y, a pesar de que aún no puede revelar detalles de su contenido, adelantó que “el libro ya está escrito y trata sobre pastelería dulce”. Además, afirmó que tiene “colaboraciones con grandes cocineros” y estima que saldrá a la venta a mediados del 2023.

Por su parte, el pastelero también es convocado para formar parte de eventos multitudinarios, tanto locales como internacionales. En agosto, fue invitado a formar parte del jurado en el Campeonato Mundial de Alfajores, junto a otros 11 expertos. Desafortunadamente, el covid dejó afuera a Remaggi del evento. “Me dio bronca, me gustan mucho este tipo de eventos”, afirmó.

Asimismo, formará parte de la segunda edición del Festival Pampa, que se llevará a cabo los próximos 19 y 20 de noviembre en el complejo deportivo municipal General San Martín.

En su caso, está a cargo de la organización de la masterclass de cocina y ya convocó a chefs de gran nivel como Jimena Sénz, de Cocineros Argentinos, Felicitas Pizarro, de El Gourmet y el pastelero Mauricio Asta. Además, también participará Hernán Morón, de Fito Sushi y él mismo dará su clase.

“El primer Pampa, del 2019, fue una experiencia hermosa”, recordó, y destacó que “se trabajó a pulmón y se logró un festival de nivel nacional”, puesto que “la gastronomía local es muy buena”.

Su cotidianidad

En lo profesional, luego de un paso por la pastelería moderna, ha vuelto a lo clásico. “Hoy estoy incursionando en la mezcla de ambas disciplinas”, señaló, y considera que su especialidad son los alfajores.

En su vida cotidiana también se ha alejado de la cocina salada y, gracias a la virtualidad, se acercó aún más a su familia. “El cambio de formato me dio calidad de vida”, explicó Pablo, que ya no da 10 clases semanales presenciales sino 1 virtual, resuelve muchos de los viajes a otras provincias o localidades con una videollamada, y puede estar más tiempo junto a su mujer, Gisela, y su hija de 11 años.

“Ellas son mi motor y lo que me impulsa a diario”, expresó. Con Gisela están juntos desde sus 14 años y es quien siempre le dio un respaldo y lo impulsó a nuevos caminos.

Por su parte, en su día a día la cocina gourmet cede casilleros. “En la vida cotidiana de un pastelero o cocinero tradicional se come milanesas, tarta y arroz, lo que comen todos”, señaló, puesto que “la comida elaborada no es tan saludable”. Sin embargo, sus especialidades nunca faltan en las mesas de domingo. “En una reunión familiar no puede faltar mi postre o torta”, destacó.

Inscripciones

Ya están abiertas las inscripciones para los workshops y el ciclo 2023 del curso de pastelería profesional 100% online, con una duración de 10 meses. El cupo es limitado y toda la información está disponible en sus redes sociales y en www.pabloremaggi.com.ar

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