Jorge Bissio, exdelegado municipal de Morse.
Jorge Bissio, exdelegado municipal de Morse.
DELEGADO, REFERENTE Y DOCENTE

Jorge Bissio: “Todo lo que hice y lo que hago es en función de Morse, mi pueblo”

Nacido y criado en la localidad vecina, es, desde joven, una persona que trabaja para la comunidad. Estuvo al frente del pueblo por 20 años, fue precursor de la Fiesta del Cosechero y nunca dejó de lado su trabajo en las aulas, donde aún enseña filosofía, historia y geografía.

Jorge Bissio es un padre de familia, vecino de confianza, líder y referente. Indudablemente, también un apasionado de su tierra natal, de la que estuvo al frente por 20 años y donde desarrolló su vida política y profesional. Como profesor, fue quien enseñó a muchos de los colegas con quienes aún trabaja a diario y, como historiador, investigó, escribió y publicó libros sobre la vida de Morse en siglos pasados.

Con impronta, perseverancia y, sobre todo, mucha pasión, el exdelegado de la localidad vecina trabajó, y aún trabaja, por ver a su pueblo crecer. Entre sus proyectos más salientes se destaca la fundación de la Fiesta del Cosechero, que hoy es reconocida como fiesta nacional, y cumple 25 años. 

La vida en funciones

La carrera política de Jorge inició a muy temprana edad. A los 25 años, en febrero del año 96, se convirtió en el delegado municipal de Morse, por designación del entonces intendente de Junín, Abel Miguel. 

“Era el integrante más joven del ámbito jerárquico de la municipalidad”, explicó, y señaló que “era una gran apuesta” personal y para el pueblo. Es que la función pública lo encontró durante 20 años en contacto diario con sus vecinos, y lo recuerda con mucho afecto. “Le dediqué los mejores años de mi vida a ese puesto”, destacó.

Asimismo, señaló que mantuvo “una excelente relación con los vecinos de Morse” e, incluso, vivió por 17 años en la misma delegación municipal junto a su familia. “Fui delegado las 24 horas, los 365 días del año”, recordó Bissio, que agradeció la compañía de su esposa y el apoyo incondicional de su familia para trabajar junto al pueblo. “Atendíamos a toda persona que iba, a cualquier hora y cualquier día”, señaló.

De ese modo, según recordó, sus días comenzaban muy temprano, porque 6 y media de la mañana recibía a los trabajadores de calle para organizar las actividades, y durante todo el día atendía en su oficina, a la par de su labor como docente, que no dejó de lado a pesar de los compromisos políticos. “Era joven, tenía ganas, y siempre hacía tiempo para todo”, afirmó.

La humildad tampoco la abandonó y, a pesar de que “en el pueblo, el delegado es un intendente”, siempre fue “un vecino más”, que, a diario, “hacía los mandados, andaba en bicicleta y llevaba los chicos a la escuela” en estrecho contacto con la comunidad, que confiaba en él la solución de problemáticas y el impulso de proyectos.

“En el pueblo, hay que resolver los mismos problemas que en la ciudad”, explicó Jorge que, entre las tareas de la delegación, enumeró al mantenimiento de calles y caminos rurales, el riego, la recolección de residuos, el mantenimiento del arbolado, el espacio público y la unidad sanitaria, la organización de eventos culturales, y la seguridad e higiene.

“Pusimos la vara muy alta, y fue una exigencia permanente para seguir haciendo”, destacó el exfuncionario en un balance de su gestión, que ocupó 5 períodos, tras cuatro elecciones en las que los vecinos lo volvieron a designar. “No me costó mantenerme en el cargo, fui electo y apoyado por la gente”, afirmó.

Pero la carrera política de Bissio no se circunscribe a su tierra natal. Durante dos años también ocupó la banca en el Concejo Deliberante que el edil Mauricio Mansilla había liberado.

“No me arrepiento de todo lo que hice y la experiencia ganada”, afirmó.

Docente de oficio

“Lo primero que inicié fue la docencia, y nunca la interrumpí”, explicó Jorge, que se formó como profesor de historia y cívica y dio clases en más de 20 colegios secundarios, entre ellos, el Comercial, Nacional, Industrial y la Escuela Agraria, como así también en Saforcada, Agustina e, incluso, en Sociedades de Fomento.

Sin embargo, en sus comienzos, su vocación política ganaba terreno ante su vocación docente, y afirmó que iniciar sus estudios fue un modo de perseguir su principal ambición, estar al servicio de la comunidad. 

“Me gustaba mucho la historia y la política, durante mi adolescencia observaba mucho los discursos políticos de los referentes de la época”, explicó Jorge, que recuerda a “grandes políticos, de una talla y preparación diferente a los de ahora”, tales como Ítalo Luder, Oscar Allende, Rogelio Frigerio y Álvaro Alsogaray. 

Una vida delante del pizarrón fue suficiente para no querer abandonar, bajo ningún concepto, el oficio. Sus funciones públicas no lograron alejarlo de los salones y, finalmente, en 2016 decidió dedicarse exclusivamente a su profesión, tras 20 años al frente del pueblo.

Actualmente, enseña filosofía, historia y geografía a jóvenes y adultos, donde explicó que “prolifera la reflexión y se transmiten experiencias”. Además, oficia como secretario en el colegio de la localidad de Irala, en el que muchos docentes y directivos fueron sus alumnos, puesto que integra esa comunidad hace 30 años. 

“Me siento muy bien, soy muy respetado y trabajo tranquilo”, agregó.

Referente

“Todo lo que hice y lo que hago es en función de Morse, mi pueblo”, destacó Jorge. No caben dudas de que supo erigirse como un referente indiscutido de la localidad vecina. “Para mí es algo muy grato, siempre tuve buena predisposición hacia la colaboración y ayuda”, explicó el exdelegado, que señaló que, a pesar de ya no oficiar como funcionario público, muchos vecinos aún lo consultan y visitan por cuestiones de diversa índole. 

“Me consideran un referente y soy consciente de eso”, afirmó, y expresó gratitud por “el cariño y los agradecimientos de la gente en la calle”.

En retrospectiva, Jorge atribuye su liderazgo a los sentimientos que tiene hacia Morse y su comunidad. “Hice las cosas siempre con entusiasmo, y lo que quise fue contagiarlo”, explicó, y señaló que “ante un líder entusiasta, la gente se entusiasma y también cree”. Es por ello que tuvo libertad para desarrollar “propuestas novedosas”, que la gente acompañó y se convirtieron en un éxito.

“Fui uno de los precursores de la fiesta del cosechero y soy el actual presidente”, destacó Bissio, respecto a la fiesta nacional que se lleva a cabo en el pueblo el primer fin de semana de octubre desde hace 25 años. 

“No es una fiesta profesional, es artesanal y fruto del trabajo de los vecinos”, señaló. Es que, desde sus comienzos, el proyecto fue gestado con una cuota importante de esfuerzo, solidaridad y participación. “Ni bien entré como delegado, nos pusimos a trabajar con Daniel Cano y Liliana Salino en esta idea que parecía descabellada, pero la gente la acompañó por creer en algo nuevo”, explicó.

En dicho sentido, el referente rememora “el impulso por cambiar” que se percibía en el pueblo, que llevó a la celebración a los más alto. “Si bien éramos ambiciosos, no creíamos que iba a terminar como terminó”, afirmó y recordó: “La gente nos abrazaba y se emocionaba porque nunca había visto a Morse de esa manera”.

Su legado de conducción y su impronta de involucramiento hallan hoy nuevas caras, con las que trabaja a diario y, al respecto, señaló que “es lindo, porque es la renovación y la continuidad” de un proyecto que “a Morse le dio una cuota de identidad muy grande y le da mucha vida al pueblo”.

En suma, Bissio destacó que “la fiesta del cosechero es un patrimonio cultural muy importante para el partido de Junín” y recordó la importancia de que cada comunidad tenga sus fiestas y celebraciones populares. 

Su faceta literaria

Desde joven, la escritura llamó su atención y, apasionado por la historia de su pueblo, se dedicó fundamentalmente a investigar con rigor científico los inicios de la localidad y la zona. El fruto de su arduo trabajo fue la publicación de artículos en este diario y, además, varios libros.

“Tenía pendiente escribir sobre la historia de Morse, había un vacío enorme respecto a eso”, señaló. En total, Jorge cuenta con 7 títulos de su autoría, varios de ellos dedicados al pasado en la localidad vecina, con datos históricos comprobados. 

Respecto a “Apuntes históricos del pueblo de Morse” (2003), su primer libro publicado, destacó que “es muy técnico”, puesto que es fruto de una “investigación muy intensa del origen de la tenencia de la tierra entre 1860 y 1940”. 

En dicho sentido, tras su publicación decidió contar la historia “de otra manera”, y se interiorizó en la publicación de novelas donde destaca la vida social del pueblo e historias familiares, como “Historias de la vida cotidiana. Asuntos del pueblo de Morse y de sus chacras” (2009); “Gallo Bataraz” (2016),

“Pelando naranjas” (2017) y “Los papeles de Catalina Iriarte” (2021). En cuanto a “Diálogos entre Matías y el profesor Gilberto San Román” (2012), afirmó que fue pensada para incentivar la lectura en los jóvenes.

Asimismo, su puño y letra estuvieron también a disposición de la educación. “Había aparecido una materia nueva, construcción de la ciudadanía, y no había material. Yo era profesor de cívica, y por eso diseñé uno”, afirmó, respecto a “Apuntes para la construcción ciudadana” (2011).

“Mucha gente se ha acercado a mis libros”, explicó el docente, que, aún así, no repara en la difusión de sus obras. “Mi literatura está focalizada en el pueblo de Morse”, explicó y destacó que, en su trabajo de recopilación, apunta a “revalorizar aspectos que nadie tendría en cuenta”. 

Entre sus próximas publicaciones, prevé escribir sobre los 25 años de historia de La Fiesta del Cosechero, para “otorgarle un marco teórico y construir un patrimonio valioso”, de lo que fue partícipe. “Para mí, la fiesta va a ser la historia que yo he vivido”, señaló.

COMENTARIOS