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El comité de crisis coordinado por la secretaría de Salud está integrado por la Región Sanitaria III, el hospital, las clínicas privadas y otras instituciones sanitarias.
ANTE EL AVANCE DE LA PANDEMIA

El sector privado también prepara su infraestructura para el coronavirus

En sector privado cuenta con insumos sanitarios, pero estiman que podría haber faltantes si el escenario se agrava. Las instituciones realizaron modificaciones edilicias y capacitaron a su personal en base a los protocolos vigentes. El 107 derivará de acuerdo a la cobertura de las obras sociales. Afirman que hay “muy pocas” consultas espontáneas en las guardias.

Ya se sabe que, en el marco de la pandemia del Covid 19, en nuestra ciudad se estableció un comité de crisis coordinado por la secretaría de Salud del municipio, que está integrado no solo por los referentes de la Región Sanitaria III y el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) “Dr. Abraham Piñeyro”, sino también por los representantes de las clínicas y otras instituciones vinculadas al ámbito sanitario.
Es que, ante esta situación de emergencia, el sector privado también se está preparando para los escenarios que podrían presentarse en el futuro inmediato si el virus se sigue propagando, ya que los casos sospechosos pueden ser enviados a cualquiera de las instituciones sanitarias de la ciudad.
En tal sentido, el secretario de Salud municipal, Carlos Lombardi, explica a Democracia que el sistema se activa a través de la línea 107, donde se reciben las llamadas y son los operadores los que, luego de hacer el “triage” –es decir, la clasificación del paciente de acuerdo a su urgencia– envían al equipo de Salud al domicilio, a través del SAME, si consideran que podría llegar a tratarse de un caso sospechoso. “Ese equipo médico corrobora lo expresado telefónicamente –continúa Lombardi– y si la persona requiere internación, se lo deriva a la clínica que pida el paciente y que cubra su obra social, y si no tiene cobertura, irá al hospital”. El funcionario comunal agrega que “todas las instituciones sanitarias están en condiciones y preparadas para aislar pacientes que puedan ser casos sospechosos y mantenerlos de esa manera durante el tiempo que esté internado”.

Adaptaciones edilicias
En este contexto, las clínicas privadas de nuestra ciudad se están preparando por si las condiciones se agravan.
“La Pequeña Familia tiene definidos diferentes sectores de internación general, a los que nombramos A, B y C, y la Terapia Intensiva. Los pacientes graves irán a la terapia y los que puedan estar en el sector de Internación serán derivados al sector C para que el resto de la institución no esté expuesta”, explica el doctor Javier Pepa, director médico adjunto de la clínica. Y ante la eventualidad de escenarios más complejos, si se completara ese sector C, se continuaría en el A, “que es donde hay algunas camas con disponibilidad de oxígeno central, porque es lo que normalmente requieren estos pacientes”, agrega Pepa.
La Clínica Centro también adaptó sus espacios. El doctor Normando Córdoba, director médico de la institución, cuenta que primero se hizo un relevamiento de todos los procesos y las estructuras con las que cuentan, para luego hacer los cambios necesarios: “Eso implica que establecimos nuevas normas de funcionamiento para ingresar a la clínica, para la atención en consultorios y en internación, para manejarse en quirófanos, y también para la protección del personal médico, de enfermería, administrativo y de limpieza. Acompañando eso se han hecho muchas modificaciones estructurales, se han hecho hasta paredes dentro de la institución para hacer divisiones físicas de ciertos espacios que van a tener funciones distintas”.
En el Sanatorio Junín también se tomaron medidas para adaptar el funcionamiento de la entidad al nuevo panorama que se prevé. “Como hacen todas las clínicas, no nos salimos de lo que marca el ministerio de Salud”, asevera el doctor Marcelo Torres Luqui, presidente del Directorio de la institución, para luego profundizar: “Aquí dispusimos un área de aislamiento en la internación que está exclusivamente para eso, y un área para la demanda espontánea, con todos los protocolos emitidos por las autoridades sanitarias y respetando las normas que nos envió el ministerio. Y agregamos el redireccionamiento de los pacientes en las tres entradas del Sanatorio para tratar de disminuir la circulación”.
En el mismo sentido se expresa el supervisor general de la clínica Imec, Maximiliano Fabrizzi: “Lo primero que hicimos fue aislar habitaciones y dejarlas preseleccionadas, y armamos una terapia intermedia para poder descomprimir la Terapia Intensiva que es donde podemos llegar a necesitar, en ciertos casos, respiradores artificiales. Además, tuvimos que hacer un reacondicionamiento edilicio. Por ejemplo, el personal de recepción fue ubicado detrás de un cristal para que no tengan contacto directo con los que vienen por consultas de guardia, tuvimos que acondicionar habitaciones de internación general a las que les agregamos monitoreo continuo, ventilación y demás accesorios de aislamiento. Y también se reacondicionó la terapia para poder bloquear camas para la eventualidad de tener casos sospechosos, y que se respeten las distancias que se nos exigen”.

Insumos
Un tema que “preocupa mucho”, de acuerdo a la definición del doctor Pepa, es la disponibilidad de insumos básicos que se necesitan para atender a este tipo de pacientes, como son los barbijos, guantes, camisolines, máscaras adecuadas.
La Pequeña Familia trabaja con un stock de insumos “que prevé un mes de funcionamiento”, pero al ser esta una contingencia distinta, “la clínica tomó la decisión política de asignar todos los recursos económicos disponibles para tratar de conseguir los insumos y, a pesar de eso, cuesta encontrarlos”. Es más, “lo poco que hay se paga con precios abultados, aunque se resolvió no preguntar cuánto sale el insumo sino asegurarnos de que nos los puedan proveer”, advierte Pepa.
Todas las clínicas consultadas afirman tener insumos. Pero la inquietud pasa por no saber qué nivel de respuesta les va a exigir la pandemia.
“Estamos bien de insumos –comenta Torres Luqui–, de todas maneras, estamos concientizando a la gente para racionalizar su uso porque a veces el miedo hace que se utilicen más de los necesarios, y eso genera temor de que, en el tiempo, se pueda conseguir o no. Hoy estamos provistos, pero no sabemos la demanda que vamos a tener, por eso es una preocupación. No para hoy, pero uno tiene que pensar en escenarios más complejos”.
Fabrizzi coincide en que “la preocupación es a futuro porque, en caso de tener una sobrecarga, podría haber faltantes”. Y añade: “Lo más difícil de reponer hoy en día es el alcohol en gel, el alcohol al 70%, camisolines, también los impermeables, barbijos N95, barbijos quirúrgicos, y esto genera una preocupación general”.
El doctor Córdoba observa que la Clínica Centro está equipada, aunque “existen escenarios de desbordes en los que no hay recursos que alcancen”. Y a eso se le agrega que “las compras se han vuelto difíciles porque hay una enorme demanda hacia productos muy puntuales y, por otra parte, está el tema de las dificultades financieras y comerciales, más una situación muy articular en cuanto al traslado de los insumos de un lugar a otro”.
No obstante, destacan que hay empresas e instituciones que están trabajando en la confección de máscaras, de barbijos, de camisolines, que resultarán útiles en caso de que se produzca algún faltante.

Otras modificaciones
Hay que decir que en todas las clínicas privadas bajó considerablemente la cantidad de presencia espontánea. Los especialistas advierten que, en general, la gente no se acerca a los nosocomios, sino que hace las consultas al 107.
Más allá de esto, hubo en todas modificaciones de horarios y de funcionamiento para acotar el movimiento interno.
“Se disminuyó el personal administrativo para reducir la circulación, no solamente en las calles, sino dentro de la institución. Y se estableció un protocolo que incluye la suspensión de horarios de visita, y la restricción del tránsito de familiares y cuidadores”, asevera Fabrizzi.
Córdoba cuenta que “se restringieron las visitas a una sola persona” y se dispuso que, en la medida de lo posible, se van a dar los informes en forma telefónica –contemplando las diferentes realidades– y, en cuanto al personal, “dejaron de venir a la institución todos los que pertenecen a grupos que se recomienda que no trabajen, como embarazadas, con enfermedades pulmonares o cardiovasculares avanzadas, inmunodeprimidos”.
En el Sanatorio “se suspendieron las cirugías programadas, solo se hacen de urgencia”, según lo que dice Torres Luqui.

Atención y derivaciones
Los preparativos que están implementando las clínicas tienen que ver con la atención que deberán brindarles a los juninenses que sean derivados allí.
“En principio, cada cual atenderá al paciente que le llegue. Todavía no se ha dispuesto nada diferente. Por supuesto que en este contexto en el que, hasta el ministro de Salud dijo que lo privado y lo público dejó de ser así, nosotros vamos a estar disponibles para colaborar en lo que haga falta”, enfatiza Torres Luqui.
“Los llamados los derivaría el 107 de acuerdo al lugar donde el paciente se atiende habitualmente o a la obra social que tiene”, explica Pepa, para luego ejemplificar: “Si tiene Osecac hoy debería atenderse en el Sanatorio Junín, si tiene Federada Salud puede atenderse en La Pequeña Familia, si tiene Pami debería hacerlo en Imec, la Clínica Centro o el hospital, o si tiene Ioma puede solicitar ir a cualquiera de las instituciones de Junín porque todas tienen convenio con la obra social de la Provincia. Llegado el caso de que eso se sobrepase, serán analizados los distintos escenarios para dar respuestas”.
Los referentes de la Clínica Centro y de Imec subrayan el hecho de tener una cápita de miles de afiliados de Pami, lo que pone a ambas instituciones “en una situación muy particular por la vulnerabilidad de esta población, que es de riesgo”.
Con todo, las circunstancias aquí planteadas están previendo escenarios que están siendo estudiados en el comité de crisis coordinado por el municipio. “Se ve un abordaje conjunto, un intento de unificación de criterios para abordar esta problemática que nos afecta a todos, así que se está trabajando en equipo”, analiza Fabrizzi.
En el mismo sentido, Córdoba ratifica que en esas reuniones “se está trabajando muy bien”. Y concluye: “Más allá de lo que se planifique, sigue siendo fundamental quedarse en la casa, sé que a veces es difícil, pero es la acción más importante que podemos hacer”.

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