EL JUICIO FUE IMPULSADO POR MÁS DE MIL ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES DE TODO EL MUNDO

Monsanto fue hallada culpable por daños a la salud y el ambiente, crímenes de guerra y ecocidio

Durante el proceso se presentaron pruebas de un caso ocurrido en Baigorrita. El fallo del tribunal es simbólico y busca concientizar sobre los daños causados por la contaminación con agrotóxicos.

Un tribunal internacional popular, que analizó en La Haya el comportamiento de la multinacional Monsanto, encontró a la empresa culpable del delito de ecocidio, de crímenes de guerra, de violaciones de los derechos a un medio ambiente sano y equilibrado, a la salud y a la alimentación, y de quebrantar la libertad científica.
Si bien el tribunal fue simbólico, la idea fue impulsada por más de mil organizaciones no gubernamentales de todo el mundo. Sus conclusiones empezarán a ser usadas en demandas a lo largo y ancho del planeta, y se usarán para intentar que se modifique el Estatuto de Roma y se incluya la figura del ecocidio.
Monsanto, que comercializa productos como el PCB, el 2,4,5-T, el herbicida Lasso y el famoso Roundup elaborado a base de glifosato, fue sometida a un tribunal ético integrado por cinco jueces, entre ellos, la argentina Eleonora Lamm, subdirectora de derechos humanos de la Suprema Corte de Mendoza. Para ello, se utilizaron los mismos procedimientos que utiliza la Corte Penal Internacional de La Haya, pero la compañía se negó a participar.
Entre los casos presentados durante el juicio se encuentran algunos acontecidos en la Región. En este sentido, María Liz Robledo, de Baigorrita, fue testigo en el Tribunal Internacional Monsanto, en octubre del año pasado donde brindó testimonio en relación a la situación de su hija.
"Martina tuvo una mala formación congénita a causa de exposición a agrotóxicos. A raíz de esto se tomó contacto con Margot Goycochea y la gente del foro, con Robín quien se interesó en el caso e hizo estudios en Baigorrita. Ahí me convocó para atestiguar en el tribunal en representación de Argentina como víctima", explicó Robledo en una conferencia desarrollada días pasados en Junín. 
Además agregó que: "En todo el mundo está pasando lo mismo y esta situación es un flagelo que nos afecta a todos ya que tenemos falta de información guiadas por las multinacionales".
"Tuvimos el dictamen de este Tribunal con mucha emoción y mucha ansiedad y esperanza. Si bien son pequeños pasos, porque estamos ante enemigos bastante grandes, trato de ser positiva porque la veo a mi hija todos los días", afirmó.

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En el mismo sentido, Margot Goycochea, del Foro Ambiental de Los Toldos, dijo que: "Hace muchos años estamos trabajando en esta problemática. Estamos viendo las enfermedades, los árboles en las ciudades tienen las hojas mal formadas y es un drama que las autoridades se niegan a ver y también la Justicia".
“La gente lo está sufriendo con las alergias, enfermedades, problemas respiratorios, de piel y el cáncer, y no lo están viendo las autoridades ni la justicia", exclamó.

La importancia del registro
Jorge Erce, médico de Los Toldos que también trabaja en el Hospital de Junín, es el representante del Registro Nacional de Anomalías Congénitas (Renac) junto a la doctora Moretta. Al respecto, comentó que “hoy tenemos una cobertura del 40% de los chicos que nace a través de la incorporación de algunos hospitales como el de Los Toldos y algunos centros privados de Junín. Niños mal formados están naciendo en todos los grupos sociales, de todas las regiones y las zonas fumigadas o no. Este tipo de registros sirve para enterarnos del caso de María Liz, que muchas veces pasan desapercibidos".
En Baigorrita, comentó, "María Liz nos decía que no hubo solo el caso de Martina sino que hubo otro caso más. La Atresia de Esófago ocurre una vez cada 3500 nacimientos, y en Baigorrita hay 30 nacimientos como mucho al año por lo que necesitaríamos 93 años para que haya un solo caso". 
Es importante que los centros de salud se incorporen a este tipo de registros porque es la única forma que tienen de enterarse de lo que sucede, sino terminan siendo casos individuales. "Es obvio que hay un aumento de las malformaciones congénitas y nacimientos prematuros en nuestra área", subrayó.

Sobre el fallo
El fallo trató de determinar si Monsanto vulneró el derecho a un ambiente sano y equlibrado, que es una precondición para el ejercicio de todos los derechos humanos. Para ello, los expertos analizaron testimonios de investigadores que detectaron casos de malformaciones en Argentina y Francia causadas por el glifosato, enfermedades renales crónicas por la aplicación de Roundup en Sri Lanka y la suba de las tasas de cáncer en Brasil. También se mencionó la pérdida de diversidad y fertilidad de los suelos, la contaminación de las explotaciones agrícolas con transgénicos, y las deficiencias de salud de los cerdos alimentados con plantas modificadas genéticamente.
También se habló de la falta de información a las comunidades, fundamentalmente indígenas, en todo el mundo, la contaminación producida por la canola transgénica en Australia y Canadá, la imposibilidad de obtener un buen rendimiento en los cultivos de algodón modificado genéticamente, los intentos de Monsanto de monopolizar el mercado de semillas en la India, la fumigación aérea de glifosato en la guerra fallida contra las drogas y la contaminación con glifosato de las fuentes de agua en la Argentina.
Ante ello, "Monsanto ha incurrido en conductas que tienen efectos graves y negativos en el medio ambiente y han afectado a innumerables personas y comunidades de muchos países, así como a la salud del propio entorno, con las consiguientes repercusiones en las plantas y los animales y en la diversidad biológica", estimó el tribunal.
El tribunal también destacó los "daños producidos en el suelo, en los nutrientes, que influyeron negativamente en las condiciones que requieren los cultivos, y en las corrientes de agua utilizadas para el mismo trabajo agrícola".

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