CONMEMORACIÓN

A un siglo de la asunción de Hipólito Yrigoyen

En la fecha se celebra el centenario de su asunción como presidente, en 1916.

Fue aquel un acontecimiento auspicioso porque el líder radical fue electo en comicios presidenciales por primera vez regidos por la ley Sáenz Peña, que permitió las primeras elecciones verdaderamente democráticas en nuestro país. No está de más recordar que el proyecto de esa ley fue acordado entre Roque Sáenz Peña e Yrigoyen, y luego ampliamente debatido en el Congreso, con la activa participación en las sesiones del ministro del Interior, Indalecio Gómez.
Al gran caudillo radical lo sucedió Marcelo Torcuato de Alvear (1922-1928) y luego en 1928, Hipólito Yrigoyen fue elegido nuevamente como presidente de la República. Su segundo gobierno se desarrolló dentro de un panorama económico internacional muy complicado por la profunda crisis mundial que estalló en 1929 y por la creciente oposición interna.
Al amanecer del 6 de septiembre de 1930, la sirena de la base aérea de El Palomar sonó dando inicio a la asonada. Un avión partió para arrojar panfletos con la “proclama revolucionaria” sobre Buenos Aires.
Desde el Colegio Militar, Uriburu pidió la renuncia al vicepresidente Enrique Santamaría (el presidente Hipólito Yrigoyen ya había renunciado) e inició su marcha sobre la Capital Federal con algunos escuadrones de caballería, cadetes y civiles que no sumaron más de 1500 hombres. Así se inició el golpe militar de 1930, dando lugar a la primera dictadura argentina –que abrirá un periodo conocido como la “Década Infame” que puso fin a los gobiernos radicales iniciados en 1916. Este quiebre de la legalidad democrática tuvo dolorosas consecuencias en lo político, económico y social para nuestro país.

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