None
LA SITUACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES

Guillermo Tamarit: “No podemos ocultar más el problema de calidad”

El rector de la Unnoba y presidente del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) destacó que el kirchnerismo “hizo un enorme aporte al desarrollo de la educación”, pero llamó a trabajar sobre índices precisos para elevar el nivel de la enseñanza.

¿Cómo repercutió el cambio de Gobierno en la Unnoba?
-Estamos en un proceso, en el cual las viejas cuestiones no terminan de irse y las nuevas no terminan de llegar. El objetivo es ir poniendo un poco de orden, tras un final bastante desordenando, e  ir incorporando nuevos criterios, más racionales. El debate del presupuesto 2017 va a ser una herramienta efectiva para establecer criterios. Hoy tenemos el presupuesto 2016 con los refuerzos que dio el presidente Mauricio Macri, se ha normalizado el flujo, que era la gran preocupación a principio de año, porque teníamos atrasos en las cuotas de becas estudiantiles, pero como todos saben en abril se compensó y se puso al día. Apostamos al crecimiento y el desarrollo a partir del presupuesto de 2017.

-¿Cómo impactó la inflación?
-Las universidades en general estamos en un nivel de actividad equivalente al resto de los años. Los presupuestos anteriores preveían un 10 por ciento de inflación, y la inflación nunca fue menor a 20 o 25 puntos; siempre hubo un desfasaje. Además, el 90% del presupuesto de las universidades se asigna a salarios, y queda un 10% donde este año ha habido una partida de 500 millones de pesos para compensar. Hasta aquí estamos en equilibrio, queda la mitad del año, pero estaría despejada la cuestión salarial, que tiene un acuerdo, por lo que hay que operar sobre el resto, y hay herramientas.   

-¿La Unnoba puede seguir expandiéndose?
-Tenemos varios proyectos  en esta nueva etapa, que comenzó con la visita a varios intendentes. Esperamos establecer sedes, en Rojas, donde tuvimos algunos inconvenientes con el edificio y esperamos poder hacerlo en los próximos meses, en Chacabuco, donde ya hemos definido el espacio, hablamos con gente de Florentino Ameghino para desarrollar la misma actividad, tenemos ya actividades en Los Toldos, viene una etapa donde la Unnoba tiene que hacer efectiva su presencia en la Región. Más de la mitad de nuestros alumnos no son ni de Junín ni de Pergamino, sino de ciudades de la región. Vamos a tener ofertas de ciclo cerrado, que se van a ir desarrollando en estas sedes, y que van a permitir a los estudiantes tomar ciclos cerrados para después ir a completar sus licenciaturas a Junín o Pergamino.

-¿Cuál es el rumbo de la Unnoba?
-Estamos impulsando en el CIN un debate en torno a la relación del sistema universitario con la escuela media, y esperemos sacar un programa que se pueda implementar en todas las universidades. El sistema educativo es común y todos compartimos los problemas. El segundo tema que estamos planteando es la calidad, porque si no vamos a tener estudiantes o títulos de primera y de segunda. El proceso educativo lo dividimos para organizarnos, pero es único, también hay problemas en la universidad, no solo en la escuela. Hay un consenso de que así no podemos seguir. Tienen que graduarse más chicos en la secundaria y aquellos que optan por la universidad tienen que tener un tránsito razonable. Si no mejoramos la calidad, vamos a falsear condiciones, yo lo planteo como una estafa en torno a las expectativas de la sociedad.

-El ministro de Educación ha hablado de una revolución en educación, pero hasta el momento se han dado escasas señales.
-Se ha hecho mucho hincapié en la educación inicial, desde los 3 años hasta que se inicia el período primario, porque las diferencias que hay aún dentro de la Argentina hace que sean muy disímiles las posibilidades. Yo le he escuchado al ministro, y ha hablado de poner un granito en esa revolución, efectivamente hay que poner en marcha un cambio casi copernicano. Las carreras tienden al acortamiento, las que eran de cinco o seis años, pasan a ser de cuatro, con especializaciones como condición, no terminar en el grado, sino en alguna actividad de especialización, y reconocimientos de ciclos básicos transversales, para que alguien que desarrolle una actividad en la Unnoba pueda seguir en otra universidad del país o en el exterior.  

-¿Cree que se ha puesto demasiado el foco en la inclusión y se ha descuidado la calidad de la enseñanza?
-No creo que nadie tome una decisión de esas características. Lo que estuvo claro fue establecer como prioritarias a la ciencia y a la educación, como una política de Estado que de hecho continúa, que el ministro de Ciencia y Técnica sea el mismo de la gestión anterior habla de que hay un acompañamiento de la política a lo que es un criterio que la desborda, buena parte de la sociedad ve a la educación y a la ciencia como una herramienta fundamental que requiere de procesos de largo aliento. Después efectivamente los resultados se te pueden descompensar respecto a que si hacés más énfasis en una cosa, tengas problemas en otra. No critico esa situación porque muchas veces es producto de la dinámica de la gestión; lo que no podemos es ocultar más el problema de calidad que tenemos.  El kirchnerismo hizo un enorme aporte al desarrollo de la educación, no hay que soslayarlo, lo que no estaba claro era que cuando se criticaba la calidad parecía que se cuestionaba toda la política.

-Es inevitable por el escándalo del caso López, ¿cómo afecta esto a la educación y al debate al interior del progresismo?
-El hecho es grotesco, y es muy difícil analizarlo. Lo que tenemos que discutir es cómo funciona el sistema político, en el que estamos involucrados. Yo no creo que un rector no haga política, aunque no haga política partidaria.  Hay que dilucidar qué pasó en este período, porque hay una recurrencia que lleva a pensar que hay un sistema. La segunda cuestión es la Justicia, a la que le cuesta muchísimo, frente a la evidencia, investigar. Y la tercera es la sociedad, que tiene dar el debate. El progresismo va a sufrir mucho al quedar enredado en estas cuestiones, en la medida en que no se pueda dilucidar con toda claridad lo que pasó. Tenemos una profunda preocupación, y los que tenemos algún grado de responsabilidad tenemos que dar un paso adelante.

-¿Cree que el Gobierno va a poder conjugar la transparencia con la sensibilidad social?
-Es la misma discusión, la transparencia y el modelo democrático es inherente a que la gente viva bien. La existencia de la pobreza es un condicionamiento de modelos autoritarios y en la medida en que la gente vive en mejores condiciones exige valores simbólicos más complejos. La transparencia y el desarrollo de la democracia tiene que ver con generar condiciones que garanticen a la gente el acceso a mejores condiciones, salud, vivienda, trabajo. Hay una discusión, que es si el pobre es quien tiene la virtud, arrastra estas condiciones de la lucha, entonces bueno, siempre vamos a necesitar pobres para sostener estos discursos. Creo que tenemos que terminar con la pobreza y articular el discurso político en torno a la calidad de vida. La transparencia es una condición para gobernar. Por supuesto, con gente tirando valijas por arriba de una medianera en un convento este discurso parece de otro país, pero no hay que perder de vista estas cosas, porque hay que terminar con este descalabro moral. Cómo el Gobierno no va a atender la pobreza, cómo no va a atender a los sectores que no pueden encontrarse con su destino, para eso es el gobierno. Se puede estar preocupado por los pobres y ser honesto, no hay una contradicción, además hay muchísimos sectores que lo han hecho toda la vida. Pero reitero que hay una discusión pendiente sobre si a la pobreza la tomamos como una virtud. Este país no se construyó sobre ese discurso, se construyó sobre el esfuerzo de estudiar o de trabajar; estos estratos de pobreza son recientes en nuestro país, desde 1970 en adelante empezamos a tener muy poca movilidad social y en las últimas décadas se ha profundizado. Con lo que hay que terminar es con los pobres y ser honesto es una condición. Es inadmisible que este país tenga el nivel de pobreza que tiene y nadie puede creer, en su sano juicio, que esto sucedió en seis meses.
COMENTARIOS