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Juninenses formarán parte de un nuevo viaje solidario a la provincia de Chaco

Se trata de un grupo de ciudadanos locales que integran el Grupo de Ayuda Aborigen Argentina, creado en 9 de Julio. La misión partirá entre el miércoles y jueves con un camión-circo y un micro con destino a Machagai.

El Grupo de Ayuda Aborigen Argentina, incluidos los miembros de Junín encabezados por Graciela Urquiza, con su camión-circo partirá rumbo a Machagai, Chaco.
Será el 28 de abril y la salida será desde 9 de Julio. Una vez más, el nuevejuliense Oscar Vadillo comandará junto a su padre, “El Toro”, esta cruzada que lleva 18 años. Alrededor de 600 niños aguardarán su llegada.
La madre Teresa de Calcuta decía sabiamente que “a veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota”. Y esta reflexión tan sabia podría reflejar lo que desde hace 18 años llevan adelante Alberto “Toro” Vadillo y su grupo de Ayuda Aborigen Argentina.
Vadillo es un camionero jubilado de 73 años que realiza incansablemente la campaña por los aborígenes del Chaco junto a su familia: su esposa Alicia Molteni y sus tres hijos, María Laura, Silvia y Oscar Vadillo. A lo largo del tiempo se les ha sumado un gran grupo de colaboradores de todo el país.
Oscar Vadillo es de profesión docente, pero aprendió a ser un gran mago aficionado por esa gesta solidaria. Él es quien acompaña en cada viaje a su padre y desde el primer día van juntos por la misma ruta de la solidaridad.
En este viaje de 1.200 kilómetros llegarán hasta cuatro escuelas ubicadas a 50 kilómetros de la ciudad cabecera, que forman parte del impenetrable Chaco. Su meta será equipar los comedores de esos establecimientos educativos con alimentos para siete meses. Llevarán heladeras para los cuatro comedores, cocinas para dos de ellos, útiles escolares, alimentos no perecederos, agua, leche y herramientas para la huerta. Con su llegada también acercarán la alegría, ya que irá el circo y los juegos que forman parte del esparcimiento que les brindan a los niños aborígenes.
A las cuatro escuelas en cuestión concurren alrededor de 600 chicos. “Todo lo que se reparte siempre es entregado en mano. Les dejamos mucho a las escuelas y también a las familias que van ese día”, describe Oscar Vadillo.

Aportes desde todo el país
La colaboración para Ayuda Aborigen Argentina procede de todo el país y se concentra en la intersección de las avenidas Vedia y Avellaneda, de 9 de julio. Allí se encuentra el depósito que improvisa en un galpón la familia Vadillo para esta causa. En su interior hay de todo y por clasificar. “En la previa del viaje, se hace la separación y clasificación de las donaciones. La llegada de los colaboradores es lo que más se aguardamos”, indica Oscar.
En tanto advierte que “allí clasificamos por escuela. En este viaje cada nene recibirá una mochila, tres pares de calzados, carpetas, útiles escolares con una cartuchera, juguetes y más los alimentos. Por el momento, faltaría completar la carga con más mochilas y cartucheras. Esperemos llegar esta semana con este sueño”.
Hoy, desde las 8 a las 20, estarán cargando el camión-circo y mañana continuarán con la labor por la mañana. Oscar Vadillo asegura que cada persona puede poner su granito de arena e incluso sumarse como voluntario. “Esto nos sería de una gran ayuda ya que la semana anterior a la partida, 28 de abril, estaremos cargando el camión y necesitaremos de muchos vecinos. Sé que es un trabajo de hormiga, pero entre todos se puede”.
El “Toro” partirá con su camión el miércoles 27, en tanto que el micro con los colaboradores lo hará el jueves 28, a las 17. El regreso está programado para el domingo 1º de mayo.

Una realidad que duele
Si bien los separa una gran distancia, la realidad de lo que pasa en “El Impenetrable” no deja de estar ausente. “En estos últimos siete meses se nos ha complicado mucho abastecer las escuelas. Sabemos que se frenaron las partidas de los comedores y que las despensas de alrededor ya no les fían más a los colegios. Por eso precisamos mucha ayuda en este viaje”, dijo Vadillo.
Al mismo tiempo remarcó que “es medio complicado resolver el problema de todas las familias, pero que puede resolverse el de las escuelas, se los aseguro. Les dejamos muchos alimentos y sabemos que los nenes por los menos una vez al día comen bien”.
Seguramente una cosa es vivir en primera persona ese viaje y otra muy distinta relatarlo desde una entrevista, pero en cada palabra que aporta Oscar Vadillo sus ojos se vuelven húmedos. “Hacer estos viajes me da plena gratitud de saber que humanamente actuó bien. Es muy duro realmente ver la pobreza a flor de piel. También nos enternecemos al verle la cara a un nene que recibe por primera vez un juguete”, expresa.
Sin dudas esa realidad los marca y Oscar no deja de apostar por un cambio. “Si cada individuo por sí solo se diera cuenta la importancia que tiene su acción de donar, aunque sea un simple juguete, un poquito de alimento, sentiría la misma sensación que experimentamos en cada viaje. Es un compromiso social por el otro”, afirma.

Grupo educativo
Además del fin solidario, la enseñanza nunca deja de estar ausente. “Nuestro grupo es educativo y solidario, no solo por buscar paliar determinadas necesidades, sino también el de educar por la solidaridad”, comenta Vadillo.
Más allá de sus jornadas laborales los integrantes de Ayuda Aborigen Argentina también dan charlas en los colegios.
“Buscamos que los adolescentes participen y que los adultos enseñen a los más chicos lo que es la solidaridad para poder ayudar a más gente, ya se para el Chaco, para algún vecino de 9 de Julio o para una inundación. No importa el lugar, sino poder ayudar a quien más lo necesita”.

Una moneda que se repite
Lo que pasa en “El Impenetrable” se repite en muchos lugares y eso parece no despertar a quienes deberían, lo que explica que desde hace años la solidaridad ciudadana se haga presente. “No ver cambios es ingrato. Mirando fotos de 10 años atrás, había un nene con la remera estirada, las zapatillas agujereadas. En el último viaje que hicimos vi a otro nenito con las mismas características y pensé: ‘Otra vez lo mismo’. Ni se imaginan lo que siento cuando veo a los maestros desesperados porque los nenes no reciben alimentos. Hay salas de primeros auxilios desabastecidas. Eso es no tenerlos incluidos, eso es no darles educación y eso es no tenerlos en cuenta”.
“La realidad de ahí es muy grave. La muerte de un niño no puede ser por desnutrición ni por tuberculosis. Que muera un niño así es un golpe para los gobiernos de turno y para toda la sociedad. Sin meterme en política, esto pasa en el Chaco y en muchos lugares más de nuestra querida Argentina. Sueño con que algún día se despierten quienes deban hacerlo”, reflexiona Oscar.

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