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UNA PESADILLA CADA VEZ MÁS FRECUENTE

Largas filas y demoras para retirar efectivo

Retirar dinero del cajero automático se convierte, cada vez, en una pesadilla más recurrente.
Según comentaron distintos lectores, que enviaron fotos al diario, en Junín los problemas comenzaron desde el viernes de la semana pasada, Día del Trabajador Bancario. Como no se recargaron los cajeros, a la tarde de ese día algunos ya se quedaron sin efectivo por el resto del fin de semana.
El lunes, muchos de los que aún no habían podido retirar su sueldo fueron a hacerlo en manada. Y como una bola de nieve, la situación se extendió hasta el martes, cuando a la mañana, en el Banco Provincia todavía no había efectivo.
Las colas se han convertido en algo más que en una postal urbana que se repite. Son la expresión de un sufrimiento cotidiano. La gente pierde tiempo, paciencia, energía, buen humor y hasta salud en esas filas interminables para realizar trámites.
Las colas son, además, el emergente de sistemas de atención débiles e ineficaces. Algo funciona mal al final de cada cola.
Lo que pasó en las últimas horas en los cajeros, por ejemplo, es consecuencia de un fin de semana en el que quedaron casi todos vacíos. El mecanismo de recarga es, evidentemente, ineficaz e insuficiente.
Alguna vez habrá que asignarle a las colas la dimensión -que verdaderamente tienen- de un problema serio. Los organismos públicos, los Bancos, los hospitales, las terminales de ómnibus... todos deberían examinar sus propias fallas para tratar de mejorar la atención del público. Hay que empezar por acortar las colas.
La falta de reposición es otro problema que desató las quejas. Al faltar billetes de nominación superior a los $ 100, es lógico que no haya espacio físico para contener la cantidad que se demanda.

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