Hezbollah amenazó con vengar la muerte del número dos de Hamás
POR ATAQUES DE ISRAEL EN EL LÍBANO

Hezbollah amenazó con vengar la muerte del número dos de Hamás

El jefe del movimiento libanés Hezbollah, apoyado por Irán, afirmó este viernes que la respuesta contra Israel por la muerte del número dos de Hamás, Saleh al-Arouri, en un suburbio del sur de Beirut, será "inevitable".

El Ejército de Israel confirmó este viernes nuevos bombardeos contra "infraestructura terrorista" del movimiento islamista Hezbollah en el sur de Líbano, en medio de un recrudecimiento de las tensiones por la muerte del número dos del movimiento extremista palestino en Beirut y poco antes de la llegada al país del jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, para evitar una expansión del conflicto en la región.

"Aviones de la Fuerza Aérea completaron un ataque contra el área de Eita al Shaab y Magdal Zon, en territorio de Líbano",

En tanto, el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, advirtió que el ataque en Beirut que mató a Arouri "es grave y no quedará sin respuesta". En un discurso por TV, aseguró que su movimiento va a "responder" en el "campo de batalla".

"La respuesta es inevitable", reafirmó el jefe del Hezbollah, que intercambia ataques diariamente con Israel en su frontera. "Sería más peligroso permanecer en silencio que afrontar las repercusiones de nuestra respuesta", añadió Nasrallah. "El campo de batalla hablará. Y el campo de batalla no puede esperar", dijo el líder libanés, aliado de Hamás y de Irán.

Saleh Al Aruri y otros seis cargos de Hamás murieron el martes en un ataque atribuido a Israel contra una oficina del movimiento islamista palestino, aliado de Hezbollah. Este es el primer ataque que alcanza la capital libanesa desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, el 7 de octubre. Israel no reivindicó el bombardeo, pero fue acusado por Hamás, Hezbollah y el Gobierno libanés. Un funcionario de defensa estadounidense también afirmó que "fue un ataque israelí".

COMENTARIOS
Pelea a piñas y una ley robada en el Parlamento de Taiwán