SOSPECHAN DE SABOTAJES

Una sucesión de incendios en fábricas militares eleva la tensión en Rusia

Una serie de incidentes de los que Moscú acusa a Kiev —algunos con detalles poco claros— ha elevado la tensión en Rusia en el último mes. Se trata de una concatenación de incendios en fábricas militares, a los que se ha sumado el aumento de la alerta antiterrorista y las detenciones de supuestos saboteadores ucranios que forman parte de una banda llamada “Maniacos: culto del asesinato”, entre otras presuntas células enemigas. En unas ocasiones, Ucrania calla o responde con evasivas, y en otras acusa a Rusia de fabricar pretextos para su ofensiva.

Según publicó el diario “cada día arde algo grande en Rusia. Almacenes de combustible, polvorines de armas, fábricas de explosivos, plantas químicas, institutos de fabricación de cohetes. Decenas de instalaciones estratégicas han sido destruidas por el fuego”. Ayer, en el día 72 de la guerra, un nuevo acuerdo entre Kiev y Moscú permitió otro intercambio de prisioneros, el octavo desde que comenzó la invasión rusa y 41 personas (28 militares y 13 civiles, entre ellos 11 mujeres) regresaron a Ucrania. El rector de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania está entre los liberados. El último intercambio había tenido lugar el 30 de abril.

A su vez, Aministía Internacional (AI) dijo que las fuerzas rusas deberán responder por los “crímenes de guerra” cometidos en la región de Kiev, en el marco de la invasión a Ucrania, tras una investigación que documenta bombardeos ilegales y ejecuciones extrajudiciales. Y Zelenski, aseguró que “más de 500.000” ciudadanos ucranianos fueron deportados “por la fuerza”.

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