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MANO A MANO CON LUIS ARTIME

Luis Artime: "El buen jugador hubiese jugado antes, jugaría ahora y en cualquier época"

El delantero que "rompió redes" en Argentina, Brasil y Uruguay entre 1958 y 1974, nació en Mendoza pero de chico se mudó a Junín. Aquí terminó de criarse y conoció a Cristina, su esposa. Y se formó futbolísticamente en Independiente antes de llevar sus goles al mundo.

Sin lugar a dudas, Luis Artime fue uno de los máximos goleadores de la historia, no sólo de Argentina sino de Sudamérica. Sus números así lo demuestran: convirtió 279 goles en Primera División, torneos internacionales y la Selección Nacional. Su hábitat natural fue siempre el área, en donde su olfato goleador le hizo un lugar en la historia de nuestro fútbol.
A los 70 años, Artime vive en la localidad de Moreno, donde además tiene una casa de deportes. Allí recibió a DEMOCRACIA para recorrer su extraordinaria carrera.

-¿A qué edad llegó a Junín?
Legué a los 10 años aproximadamente. Me radiqué con toda mi familia. Vivíamos en calle Primera Junta y Gandini, pero en esos años no estaban todas las edificaciones de ahora. Estaba todo descampado y nosotros aprovechábamos para jugar todo el día a la pelota.

-¿Qué recuerda de su infancia en la ciudad?
Más que nada eso: que nos juntábamos con todos los chicos del barrio para patear todo el día la pelota, pasábamos horas y horas jugando. Para nosotros no existía otra cosa.

-¿Cómo llegó al club Independiente de Junín?
Porque mis amigos iban al club y yo, cuando llegué a la ciudad, comencé a practicar y esas personas aún siguen siendo mis amigos.

En el club también pasaba mucho tiempo y tengo recuerdos muy gratos de esas épocas.

-¿Qué diferencia encuentra con Junín de los años cincuenta y este más "moderno"?
Y es otra cosa, está distinto. Nosotros estábamos en la calle jugando todo el día. Hoy, a lo mejor, eso no se ve tanto porque hay muchísimas casas. Ya no se ven tantos lotes para jugar o calles de tierra (risas). Antes estaba lleno de pibes en todos lados, de la mañana a la noche jugando al fútbol por toda la ciudad. Ahora eso se ve menos, los chicos juegan a otras cosas. Es distinto a aquellas épocas.

Su desembarco en la Capital Federal

Con casi 20 años, Luis Artime pasó a jugar en Atlanta donde es muy recordado, compartiendo sus días con Gatti, Glaría y Griguol, entro otros. El equipo "bohemio" fue su primer paso en el fútbol profesional y donde comenzaría a "tomar vuelo" como delantero.

-¿Usted llegó a Atlanta por Osvaldo Zubeldía?
Sí, el me veía en Independiente y me llevó a Buenos Aires a probar suerte y las cosas salieron bien. Yo a él le debo muchísimo porque me ayudó a dar el gran paso de mi carrera.

-¿Le costó irse a Capital Federal?
No, la idea de todo ser humano siempre es crecer y tiene la ilusión de hacer las cosas mejor. Yo siempre quise jugar al fútbol porque me gustaba mucho estar todo el día con la pelota, se presentó la oportunidad y no lo podía desaprovechar.

-Y le fue muy bien porque después se vino River, Independiente, salió golea-dor muchas veces y campeón con el equipo de Avella-neda…
Sí, pasé momentos muy buenos. En River no pude salir campeón pero sí goleador del torneo. En Independiente conseguí las dos cosas, pero tengo un recuerdo hermoso de esos años, de mis compañeros, de la gente que siempre me daba mucho cariño y respeto.

La "celeste y blanca"

Otro paso trascendental en le vida de Luis Artime, fue la camiseta de la selección argentina, mostrando allí también todo su potencial como "centro-fobal". Disputó 25 partidos y marcó 24 goles: todo un récord.

-Y de la selección, ¿qué recuerda?
Fue algo único. Tuve la suerte de hacer muchos goles y jugar un Mundial. Es incomparable con todo lo demás y no es como ahora que a lo mejor juega cualquiera. En esa época se jugaba con lo mejor que había.

-Usted estuvo en ese partido tan famoso con Inglaterra en 1966…
Si, otra gran vivencia. A lo mejor nos faltaba un poco más de madurez, pero teníamos un gran equipo y quedamos afuera injustamente.
-Dónde lo idolatran mucho es en Nacional de Montevideo…
Es que ahí gané todo: la Copa Libertadores, la Inter-continental, la Intera-mericana. y me gané el aprecio de la gente. Además hice muchos goles. Pasé momentos inolvidables hasta que en febrero del 74 llegó mi retiro.

-Cuando hablan que los jugadores de antes eran mejores o viceversa, ¿usted qué piensa?
Es simple: el buen jugador con la "pelotita" hubiese jugado antes, jugaría ahora y en cualquier época y circunstancia. No es una cuestión de época es una cuestión de lo que sabe ese jugador. Si sabe jugar se puede adaptar a cualquier forma de juego.

-¿Y un jugador actual que se pueda comparar con usted?
Podría ser que Martín Palermo. Es parecido porque también está siempre dentro del área y hace muchos goles.

-Cambiando de tema, ¿antes de irse a Atlanta no le ofrecieron nunca jugar en Sarmiento?
Sí, varias veces me quisieron comprar. Me venían a buscar siempre, pero en ese momento Independiente no quería que yo pasara a Sarmiento: era como una "disputa" que se daba en Junín que los clubes no deseaban mucho ver a sus jugadores con la camiseta de Sarmiento. Cosas de la época. Por eso me fui afuera.

-¿Y a usted le hubiese gustado?
Sí, en ese momento era dar un paso importante ir a Sarmiento. Pero yo estoy muy feliz de haber jugado en Independiente, de lo que me dio y de la carrera que hice.

-Si tiene que elegir un gol de todos lo que hizo, ¿con cuál se queda?
Con lo que hice en la Selección, por todo lo que significa jugar con los colores de tu país. Pero en realidad todos los goles valen uno y tienen su importancia, no interesa con qué parte del cuerpo lo hiciste, si fue lindo o feo, si pasa la línea es gol y vale igual. Yo he hecho cada gol, hasta con la mano (risas). Es decir, todos los goles valen lo mismo y sirven para algo.

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